La rutina arruina
D2:
Hoy casi descubrí la gravedad.
Estoy jugando como la mierda. Debe ser por las zapatillas. La bolita blanca, pétrea y resentida tiene imanes. Estoy seguro de ello. Mareos, un pasaporte que se siente, picante en el bolsillo. Mi foto en él. Refunfuñante. Deberían condecorarme por resistir tanto la tentación.
Dos habitantes en una ciudad light, ya voy compañero.
Me magnetizo de regreso, alfombras verdes.
Chicos, la próxima semana van a tener que poner todo de su parte para hacer las cosas mas fáciles (...) porque es una fecha importante que (...) el resto de lo que van a llamar una carrera. Ya estudiaré.
Tengo hambre, manzanas lluevan. Llueven manzanas. No tenía hambre, dejen de llover. Pero las manzanas seguían lloviendo. Siento el hambre venir y no quedaron más. Llueve una.
Manzanas... como del tamaño de tu cabeza. Y mareos.
Gracias de todos modos.
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Te cuento que me he convertido en un mentiroso, evasor, inseguro e impertinente socio del amor, y he venido a reclamártelo. Entonces te sorprendes del cambio, intentas doblegarme, como siempre. Te volteo la cara, me siento pésimo, la piel irritada empieza a notarse. Adiós, perdí mi luz.
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Despierto de otro color, una nota en mi bolsillo, pasaporte revocado, lentes de sol gigantes en el pasto, una resaca de otro tiempo se me viene a la mente, pienso y no me enredo, estoy parpadeando. Y vuelvo a pensar.
Se siente como... espera, sí late...
Siento otra escencia. Mis manos están enteras. Cinco pares de dedos. No veo tu sello.
Siento mi nombre a lo lejos, desde un quinto piso se me avisa que deje de fantasear. Lo siento, te habrás confundido. Ya no soy ese compuesto de dos colores
volubles
Me dicen zenith, me sienten mal. Pero la paso.
De puta madre.
Vivas a tu zebra, extraño mi trabajo
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